martes, 25 de septiembre de 2007

Pringao en restaurante Inn

La otra noche fui a cenar con mi amigo Vicente a uno de esos locales Inn de Barcelona, uno de esos en los que te tratan con una sonrisa más falsa que Judas y te ponen voz de lameculos... Como diría una amiga "un lieu très tendence"...

Pues bien, nos pusieron en un apartado donde ocupábamos la única mesa... nos sacaron una carta reducida y nos trataron por idiotas... la carta no correspondía con los platos que ya habíamos imaginado sobe la mesa tras leer otra muy distinta en la entrada. Lo cierto es que entramos aquel sitio por la carta del exterior y es en ese momento cuando nos quedamos mirando con cara de tontos y empezamos a sufrir un fenómeno más conocido como "la salivación" de Paulov... No me lo podía creer... bromeaba con Vicente diciendo: "Eso es que te han visto la pinta de madrileño cutre que me llevas y no nos dejan subir a la zona Vip..." Resultó que el "pringao" por el que se nos impedía acceder a la zona Vip, con la carta Vip, era yo... no daba crédito... Unas bermudas (puntualizo hasta los tobillos) de micropana y, bastante caras por cierto, eran el único impedimento.

La cosa acabó en que, como uno que aquí escribe es muy tozudo, finalmente me dejaron acceder a "la zona" con unos pantalones de tergal negro (2 tallas menos y con la cremallera rota). Lo que comúnmente venimos conociendo como "unos putos pantalones de camarero".

Me reí mucho esa noche, tengo que decir que todo estaba exquisito, que el nivel de salivación disminuía por momentos, que no dejamos viva a ninguna de las rubias siliconadas y que nos fuimos del lugar como marqueses... Por la puerta grande, ¡ah, esta vez pago la empresa!

lunes, 24 de septiembre de 2007

1978

¿Alguno de vosotros se siente identificado con la generación del 78? Yo, como tantos de vosotros, nací en 1978, año de cambios y esperanza, de miedos y contradicciones, de sueños y libertades, del caballo en el horóscopo chino...

Podríamos definirnos como la generación indefinida, una generación neutra en medio de la nada... Algunos nos bautizaron como "la generación X", otros se atrevieron con “la generación Y"... Yo creo que podemos tener cosas de ambas... Pertenecemos a una generación que conoció la tele en blanco y negro (en casa de mis abuelos, en la de mis padres ya había una Grunding color), que pasó de jugar con canicas a jugar a chapas en el parque, que vio como Mayra Gomez Kemp dio paso a las Mama Chicho y como desaparecían los dos rombos como si de la caída del imperio romano se tratara... y es que los dos rombos eran pieza clave en la historia de la televisión, todo un imperio en un régimen absurdo y mezquino.

Nos tachan de una generación sin valores, una generación no comprometida, individualista y egoísta... y es que el problema radica en la educación, y, no me refiero a la educación de las casas, me refiero a la educación social... a la que se da como consecuencia de un fenómeno social, y es que tras el "Baby boom" y la marcha de los pueblos a las ciudades, se produjo un Credo universal en el que nuestros padres creían a pies juntillas: "Quiero lo mejor para mi hijo" "Todo lo que yo no pude tener"

Entonces fue cuando pasamos de tener la California a la bici de montaña (la Panther creo que se llamaba), seguida de una moto para los fines de semana en el pueblo. Las Nike y la Nintendo se añadían a la colección... todo esto como envoltorio perfecto a una vida con casa en la montaña y apartamento en la playa... eso por no referirnos a las cosas cotidianas a las que no dábamos importancia pero que iban cambiando de modelo según el progreso tecnológico... La lavadora, la nevera, el lavavajillas, el primer ordenador en casa, el microondas (en mi casa fue todo un acontecimiento), cambio de tele, paso del Beta al VHS...

Ahora que hemos crecido y nos aproximamos a la treintena nos llaman "la generación Mileuristas". Seguramente mucho más preparados intelectualmente que nuestros padres y muchísimo más que generaciones venideras donde nacen con "un móvil bajo el brazo"... Solo algunos pocos han dejado esa vida de lujo y desenfreno parental para vivir la suya propia... la de un tío que no llega a fin de mes, con un alquiler o hipoteca en su defecto y que se desplaza en metro a un trabajo, que, no sabe si le llena del todo, pero que le permite vivir su vida y disfrutarla a su manera, la suya, la de las pequeñas cosas...

Y ahí está nuestro reto, el reto de los de la generación del 78... de empezar a valorar las cosas por nosotros mismos y... entre tanto "single", pareja sin hijos, separaciones y divorcios... si entre tanto egoísmo, algún día alguno de nosotros decide mejorar la especie y tener hijos con la persona que ama... ahí estará nuestro reto, en la educación, la educación en la generación del móvil. Ya lo dice mi madre: "Que difícil es la educación, ya verás cuando tengas hijos"

A mis padres...

Prólogo

Aquí comienza, damos la bienvenida, se inicia en éstas líneas, empieza hoy... ¿Por qué? por qué siempre nos empeñamos en que todo comienza por el principio, en que tiene que haber un génesis con manzana y serpiente, el hombre y la mujer, el árbol y todo... Nuestros mayores siempre se han esforzado por explicarnos el orden cronológico de las cosas, parece que no se entendieran de otro modo, como si tuviéramos que empezar una línea en un punto y seguir, seguir sí pero hacia donde, hacia arriba, hacia abajo, hacia la izquierda de un diestro, o hacia la derecha de un zurdo... Por qué los gatos siempre van hacia abajo... Por qué la hierba siempre crece hacia arriba...
Palabras como pasatiempo no empieza aquí, comenzó en un punto de mi cabeza hace ya algún tiempo y hoy ve la luz. Se materializa hoy gracias a la chica que quiero, que está a mi lado y me entiende. Ella es el principal motor de mi vida en estos momentos. Ya os hablaré de ella más adelante, o más hacía atrás... Se lo dedico a los ojos de Ana, la Ana de Medem, la de Otto, la Caótica... a mi Ana. Y a todos vosotros, a los que están y los que ya no están pero que estarán... A las mil vidas, a las Palabras. Te quiero.